Hoy aunque hacía frío y mucho viento, decidí acercarme a Las Tablas de Daimiel, voy de vez en cuando, me gusta por la tranquilidad que se respira en este lugar.
Hay quien va allí a ver a los patos... y observan y fotografían sus huellas.... O les observan mientras juegan al escondite...
Pero yo no sólo voy exclusivamente a observar a las aves que allí habitan. Para mí hay mucho encanto en Las Tablas.... Desde esta barca que para mi es mítica y cada vez que voy no escapa a la mirada curiosa de mi objetivo...
Los Juncos... que adornan el pasiaje y no sé que es lo que tienen que tanto me atraen...
Los paisajes que desde allí se pueden divisar y ponen algo de altura y relieve en las llanas tierras manchegas.
Hasta los árboles... los tocones...
Los puentes de madera que te obligan a seguir alguna de las tres rutas marcadas en este peculiar paraje.
Las pequeñas balsas de agua que en algunas zonas son barrizales vacíos de aves por el frío....
Y el maravilloso cielo plagado de llamativas nubes que hacen de esta visita un paseo mágico y sugerente.
Y ya de vuelta a casa, mi cámara no obtiene descanso alguno, ya que hay algunas paradas obligadas. Veo cosas que no puedo resistir y paro en cualquier lugar permitido para capturar esas imágenes que por cualquier motivo cautivan mi atención.
Un verde prado....
Unas viñas solitarias y vacías....
O un mágico camino lleno de contrastes verdes arropado por unos pinos enormes que no dejan de luchar contra el frío viento que los azota.
Esta fué mi visita de esta mañana a Las Tablas de Damiel.
Espero que os haya gustado tanto como a mi.
Saludos y hasta pronto....
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